Messi no fue feliz en el PSG. Su recuerdo allí nada tiene que ver con el que deja con Argentina o con Inter Miami cada vez que juega. Por supuesto, tampoco con el que insufló al Barça desde el primer día hasta el último que estuvo allí, época gloriosa, época difícilmente repetible para nadie en ningún otro club. Hoy vuelve a cruzarse con ese hueso que se le atragantó, aquel que ni siquiera él, Neymar y Messi pudieron despertar de su letargo, el que le dejó más sinsabores que éxitos. La parisina es la única piedra que se encontró en el camino y a la que no pudo derribar (sigue en directo el partido de hoy en As.com).
Ha pasado el tiempo, han pasado tres años, y Messi sigue siendo Messi, aunque estrene su nueva edad, 38 años, por primera vez en un partido. La diferencia viene por el otro lado. El PSG ya no es el PSG que él conoció, el que una y otra vez se estrellaba, daba igual cómo o con quién a los manos. El artífice de este cambio es un viejo conocido de Leo, precisamente: Luis Enrique. Con el técnico asturiano el argentino hizo 153 goles en 158 partidos en el Barça, mejor media que con ningún otro técnico, pero su relación sufrió momentos tensos como aquel episodio en el que el asturiano le mandó al banquillo en Anoeta tras una discusión en la semana previa en un entrenamiento. Afortunadamente, después recondujeron la situación y el resto ya se sabe: campeones de Europa en Berlín y Balón de Oro para Messi.
Milagro. Hoy esos dos gigantes vuelven a cruzarse, al otro lado del mundo, en Atlanta, en unos octavos de final del Mundial de Clubes que reflejan el poderío de este PSG campeón de Europa por fin y el de la leyenda inagotable de Messi, que ha logrado clasificar a un equipo de la MLS entre los 15 mejores clubes del mundo por primera vez en la historia. Nadie daba un duro por ello, probablemente tampoco él.
En el PSG vuelve Dembélé y eso son palabras mayores, pues es, además del goleador estrella del equipo, el primero que activa la tan necesaria presión sin balón que exige Luis Enrique. Hay mucho más, en cualquier caso: Achraf, por ejemplo, ha marcado diez goles desde el inicio de la temporada en todas las competiciones. Es la primera vez que alcanza los dos dígitos con un club.
El cuadro parisino, eso sí, se llevó el susto de perder ante Botafogo en la fase de grupos y está sobreaviso. Si mantiene el nivel de Vitinha, João Neves y Fabián, estos dos últimos sancionados, por cierto, tendrá mucho trabajo allanado en su intento por estar en cuartos.
Inter Miami se mantiene invicto en sus últimos seis partidos en todas las competiciones y Luis Suárez ha vuelto por sus fueros. El uruguayo se convirtió en el segundo goleador de mayor edad en el Mundial (38 años y 150 días) tras anotar ante Palmeiras. Sólo Ramos, con 39 años y 79 días), está por delante después del gol conseguido ante el Inter.
El duelo es de tronío porque no solo enfrenta a Luis Enrique con Messi, sino también con Suárez, Mascherano, Busquets y Jordi Alba. Este último puede ser la gran novedad en el once de Las Garzas. Atlanta, que difícilmente se llenará, acoge el reencuentro de los reencuentros. Messi contra Luis Enrique. Leyenda contra rey. Ídolo contra maestro.
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